¿Cómo beneficia la amistad a la salud?

¿Cómo beneficia la amistad a la salud?

Compartir, intercambiar, transformar y generar lazos son algunas de las cualidades que posee la amistad y que favorecen a la construcción de una comunidad más saludable. En las distintas etapas de la vida las relaciones sanas generan un impacto positivo en las personas y en el entorno. En su día hablamos sobre ella y apostamos a su crecimiento.

El 20 de Julio se conmemora en Argentina el Día del Amigo, publicamos  una reflexión de Proyecto Surcos  para  saber cómo repercuten las relaciones sociales en las personas y en las comunidades.

Los proyectos compartidos, los objetivos comunes y el trabajo en comunidad logran alcanzar resultados más fructíferos no solo porque cuantas más manos participen más se puede hacer, sino también porque las relaciones, el intercambio y el trabajo en conjunto  generan entornos y comunidades más saludables.

 “El ser humano es un ser social. Somos sujetos hablantes, sujetos al lenguaje y eso es lo que nos diferencia de cualquier otra especie”, detalla la psicóloga Marcia Kuthnik y agrega, “¿Por qué decimos que somos seres sociales? Porque el ser humano es dentro de todas las especies el único que sin la presencia y asistencia de los otros moriría. O sea que es esta necesidad lo que nos lleva a establecer vínculos, lazos con otros”.

En las diferentes etapas de la vida, el hombre se beneficia con las relaciones y beneficia a su alrededor cuando interactúa con él. Kuthnik explica que en la infancia el niño pasa por distintos momentos. En sus primeros años, si bien no se relacionan mucho con sus pares o con los otros, necesitan su presencia. Con el pasar del tiempo, la amistad es vital para el desarrollo y al llegar a la adolescencia el grupo de amigos pasa a tener un lugar principalísimo para el avance y enriquecimiento del individuo. “Es en este momento que el sujeto comienza a des-idealizar a las figuras paternas, comienza un desprendimiento gradual de la familia y un acercamiento al grupo de pares. Es común que un grupo de amigos comparta los mismos gustos, la misma vestimenta, el mismo look con el fin de diferenciarse de los adultos”.

En la adultez, muchas veces perduran aquellas amistades formadas en la adolescencia y en la infancia. “Son esos amigos ´de toda la vida´, que han acompañado cada etapa, cada experiencia y que sin duda constituyen uno de los pilares para una vida saludable”, comenta Kuthnik.

Las relaciones provocan movimiento, nos movilizan en todos los sentidos posibles, tanto físicamente como emocionalmente y también intelectualmente. Los  amigos, la familia, los vecinos, los compañeros de trabajo, los estudiantes, los maestros nos sacan de la parálisis que nos provoca el individualismo de la época actual. El encuentro con otros, el abrirse al lazo nos interpela, nos desafía y nos conduce a salir transformados de esas experiencias. En resumen, podemos decir que la amistad, el involucramiento, el participar y construir nos da salud.

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