Sin gases, sin represión y sin cumplir con la ley, se manifestaron los anticuarentena a favor de la agroexportadora Vicentin

Los manifestantes,  muchos de ellos  pedían represión en las manifestaciones contra los tarifazos, contra  la reforma previsional y toda marcha organizada para repudiar la política de endeudamiento y destrucción de la industria y el poder adquisitivo  en el gobierno macrista, se manifestaron a favor de la “República y la propiedad privada” en Plaza de Mayo y muchas ciudades del país.

Los que hoy defienden la libertad de trabajar – licita y entendible para quienes carecen de un ingreso regular- antes no se manifestaron en contra de la brutal devaluación de la economía en el gobierno de los CEOS y mucho menos en contra de  la deuda impagable contraída ante el FMI, que fue a parar a paraísos fiscales o en simple fuga de capitales. Esto sin tener en cuenta la desfinanciación de la salud pública , que en tiempos macristas  dejó de ser ministerio, para ser una secretaría de Estado , con la pérdida de presupuesto y de proyección que esa decisión significó para las políticas de salud.

 Cuesta creer, que muchos manifestantes , y no me refiero a los potentados del sector agropecuario, sino a trabajadores a sueldo perdidos en una protesta que además de la libertad de trabajo defiende  a la “Propiedad Privada” de la empresa agroexportadora  Vicentin, deudora de $18 mil millones al Banco Nación y otras sumas millonarias a productores agropecuarios y bancos privados, sospechada de  fraude y estafa, por una empresa de facturación millonaria en el período que se declara en “quiebra”, aunque eso no le impidió meses antes, ser la mayor aportante de dinero en la campaña por la reelección de Mauricio Macri.

En Plena Cuarentena incumpliendo la ley, en los lugares – Ciudades – y en el momento más crítico de contagios,  manifestaron su descontento, bronca y odio de clase – aún los desclasados-  sin recibir gases lacrimógenos, balas de goma y garrotazos; como sí lo hacía el gobierno de la tolerancia del que se sintieron parte y aún  anhelan.

Por: Omar Suárez