Las personas mayores han sido uno de los grupos más afectados durante la pandemia
Cada 1º de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) las personas mayores de 60 años han sido las más afectadas por la pandemia de COVID-19. Es por esto que la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC explica las consecuencias que esto conlleva y cómo fortalecer la conexión social de los adultos.
Desde que se identificó el primer caso de COVID 19 en Argentina, las personas han tenido que adaptarse a los nuevos cambios que sin duda alteraron la actividad cotidiana.
A medida que los países han ido aplicando medidas para restringir la circulación con el fin de disminuir el número de infecciones, este cambio de rutina generó efectos de distinta índole que afectaron y siguen afectando la salud física y mental sobre todo en los adultos mayores.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) las personas mayores de 60 años han sido las más afectadas por la pandemia de COVID-19 y el 70% de los cuidadores de adultos mayores con demencia han observado un deterioro en la memoria o en el comportamiento de los adultos mayores bajo su cuidado.
“Esta adaptación a una nueva realidad, con cambios de hábitos, el temor a contraer la enfermedad y la preocupación por los seres queridos más vulnerables fue y es una tarea difícil y puede resultar muy extenuante sobre todo para las personas con trastornos en su salud mental”, resalta Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
Sin embargo, existen acciones que se pueden aplicar con el fin de cuidar la salud mental y ayudar a otros que requieran más apoyo y atención, haciendo principal hincapié en los adultos mayores.
Por ese motivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), bajo el nombre de #SanosEnCasa aporta consejos útiles, de fácil acceso para hacer menos nocivo el aislamiento, especialmente en el grupo poblacional de adultos mayores.
Entre otros consejos se incluye:
● Mantener un contacto regular con los seres queridos. Las nuevas tecnologías son de suma utilidad para mejorar dicha interacción, no sólo vía telefónica, correo, ahora la utilización de las redes sociales , las videollamadas, los sistemas de teleconferencia han puesto al mundo mucho más cerca de nuestros ojos.
● En la medida de lo posible, seguir con las rutinas y horarios fijos para las comidas, el descanso, y el sueño.
● Realizar actividad física de acuerdo a las posibilidades y comorbilidades, siempre supervisado por el médico de cabecera. Recordemos que durante las primeras fase de la pandemia con el aislamiento se incrementó el tiempo de reposo en cama y el desgano, por lo que es importante estimular a los adultos mayores a que en el actual contexto de mayor seguridad, vacunación, disminución franca de los casos y ampliación de los aforos, puedan salir al aire libre a realizar ejercicio, y aquellos con limitaciones más serias programar actividades posibles en el entorno hogareño.
● Realizar actividades recreativas. Este importante aspecto de la vida diaria llevará no sólo a un mayor bienestar, sino también al estímulo mental y sensorial que ayude a prevenir el deterioro de las funciones intelectuales.
Según la Dra. El Haj, “Desde un punto de vista general, las consecuencias de la pandemia han generado un cambio radical en nuestras rutinas, nuestros hábitos y nuestra manera de relacionarnos. Es ahora, luego de más de un año del comienzo de esta complicada situación sanitaria en todo el mundo, cuando al fin asimilamos hasta qué punto nuestras vidas ya no son como lo habían sido hasta comienzos de 2020, y avizoramos un futuro en que la calidad de la vida mejorará francamente, con los nuevos aprendizajes y hábitos adquiridos ”.
Si bien la pandemia afectó la vida de todos los adultos mayores, el impacto no ha sido igual para todos.
La existencia diaria está marcada por el contexto en el que se vive, las relaciones interpersonales, presenciales o virtuales que se tengan, así como por la calidad de esas relaciones, incluyendo el apoyo social percibido y real con el que cuenta cada uno.
En todos los casos, es necesario tener presente que los adultos mayores tienen derecho de pronunciarse, razonar, decidir y ser consultados.
“Esta situación invita a repensar desde la nueva normalidad en cómo fortalecer la conexión social de los adultos mayores para una mejor calidad de vida, que además cuide su salud física frente al COVID-19 y nos permita al resto de la comunidad no perder la invalorable experiencia generacional que atesoran”, concluye la Dra. El Haj.