LOS BESOS

Muchos besos se besan cada día,
muy distinto cada cual de los otros;
los hay breves, fugaces como flechas,
los hay largos, al margen de su tiempo.

Tibias bocas que buscan dulces bocas
arrancando con pasión desbordada
los soñados fragmentos de ternura
que quisieran retener para siempre.

Se entrega fraternal tierno beso
sobre suaves mejillas de amigos
expresando sencillo con tal gesto
el afecto guardado en el alma.

También besan las madres a sus hijos
demostrando sus puros sentimientos
en un acto sublime de su esencia.
Tantas madres que besan con dulzura!

Por desgracia existen besos falsos
que simulan fingidas simpatías,
añadiendo sonrisas fabricadas
para lograr indignos mil favores.

Otros besos ociosos suelen darse
efectuando cumplidos con la gente;
no respaldan sinceros sentimientos
por carecer de vida y de sustento.

Suelen darse los besos atrevidos
que pretenden obtener cual conquista
los galanes ansiosos de trofeos.
Vanidades que nutren vanidades.

Muchos besos son parte del libreto
en la ficción creada por guionistas,
son los besos que se dan en pantallas
los actores que llenan pasatiempos.

También besan los deudos en la muerte
al inerte cadáver del difunto,
añadiendo lágrimas y sollozos
que pretenden retener al amado.

Cierto beso evoca con vergüenza
una traición grabada para siempre
en la fuerte memoria de los siglos:
el pecado de Judas en el huerto.

Se eleva triunfante entre todos
el más santo ósculo que existe:
beso santo que se dan los amados
que conocen al más fiel gran amigo.

Alberto Cirkov