La Bendición del Poeta
La sed de poesía, nunca calma, por más voz que se le dé,
eleva alas, vuela traspasando las montañas
sobre prosas y música de rimas.
El hambre del poeta es insaciable, devora sin pudor cada falange
de los dedos que se explayan incansables y las lenguas que recitan elegías.
La bendición del poeta es el poema que fluye taciturno por las venas y explota en catarsis desmedida.
R.F
@desde_las_palabras