“Quiero ser el mejor”: Julián Llorente, orgullo de Vicente López y promesa del BMX argentino

“Quiero ser el mejor”: Julián Llorente, orgullo de Vicente López y promesa del BMX argentino

Con tan solo 18 años, Julián Llorente ya sabe lo que es representar a la Argentina en lo más alto del deporte internacional. El joven rider, formado en la Escuela de BMX del Campo Municipal N°3 de Vicente López, participó del Campeonato Mundial de BMX en Rock Hill, Carolina del Sur (EE.UU.), y compartió con nosotros sus vivencias, desafíos y sueños en una disciplina que crece a pesar de los obstáculos.

Representar a tu país en un Mundial no debe ser poca cosa. ¿Qué significó para vos esta experiencia?
Representar a mi país siempre fue un sueño, un objetivo que tuve desde chico. En Estados Unidos lo cumplí, y sentí el apoyo de toda mi gente: mi familia, mis amigos y mis compañeros del BMX. Me sentí muy respaldado, sobre todo por mi familia, que confió en mí para que pudiera dar lo máximo.

¿Cómo fue la preparación para ese desafío tan grande?
Me entrené con mi ex entrenador Daniel Abraham, que también participó en el Mundial y logró su W4. Entrenábamos con una rutina intensa: 4 días de piques, 3 días de gimnasio y 3 días de pista. En cada sesión di mi 100% para llegar de la mejor manera.

¿Qué se siente estar en una pista junto a los mejores del mundo?
Al principio te llenás de dudas e intriga. No sabés cómo es la pista, te da miedo, porque estás compartiendo el lugar con los mejores del planeta. Pero después te vas acostumbrando. Fue una experiencia hermosa.

¿Y qué aprendiste de todo eso?
Un montón. Es una fiesta completamente distinta a lo que es un campeonato argentino. Conocés diversas culturas, hacés amigos de todo el mundo. A medida que van pasando las carreras te das cuenta de que todos los competidores dejan el miedo de lado y van por todo.

¿Cómo se compara ese nivel con lo que se ve en Argentina?
Yo competí en la categoría de 17 a 24 años, y sentí que el nivel allá es como el que tenemos acá en la categoría élite. Tenemos corredores argentinos que están a la altura o incluso son mejores, pero cuesta mucho mantener ese nivel si no hay apoyo.

Hablando de apoyo, ¿qué rol tuvo la Escuela de BMX de Vicente López en tu formación?
Fue clave. Me ayudó mucho desde el lado físico, porque es una pista con mucha zona de pedaleo. Además, es muy parecida a la de Rock Hill, con saltos grandes y un partidor alto, así que también me sirvió como preparación técnica.

¿Cómo ves al BMX en Vicente López y en el país?
En Vicente López estamos bien. Pero en el país, el BMX está en constante evolución, aunque muchas veces los motivos políticos lo frenan. A fines del año pasado nos sacaron la pista del Parque Sarmiento, que era la única en Buenos Aires donde podíamos hacer técnica. En la provincia hay cinco pistas, pero dos están abandonadas. Se necesita más apoyo.

¿Te gustaría llegar a los Juegos Olímpicos?
Hoy no es mi objetivo. Para eso tenés que estar en la máxima categoría, y yo todavía no estoy preparado para dar ese paso.

¿Qué torneos tenés por delante este año?
Este año quiero completar el Campeonato Argentino y el Latinoamericano.

Más allá del deporte, ¿cómo hacés para equilibrarlo con otras actividades?
Es un desafío, pero cuando tenés ganas de lograr algo, das el 100%. Las ganas lo son todo.

¿Cómo empezó tu amor por la bicicleta?
Desde que mi abuelo me enseñó a andar en bici nunca me bajé. Siempre le pedía que me llevara a pasear o hacer alguna actividad. A los 14 años, mi mamá vio un folleto de la pista y empecé con el BMX. Desde el primer día supe que quería darlo todo y ser el mejor.

¿Tenés algún referente en el deporte?
Sí, Ramiro Marino. Fue mi primer entrenador y un gran ejemplo. Por motivos del país, en 2022 tuvo que emigrar a Estados Unidos.

¿Qué le dirías a los chicos que quieren empezar con este deporte?
Que se animen. El BMX es un deporte hermoso, que te da muchas experiencias y amistades. Lo único que le falta en Argentina es más visibilidad. Haría falta sumar más pistas y más publicidad para que se conozca y crezca como merece.

Julián Llorente representa no solo un futuro prometedor para el BMX argentino, sino también la pasión y el esfuerzo de una generación que, con dedicación y coraje, se abre camino sobre ruedas.

Entradas relacionadas