Cuatro dias en la Colmena

Busqué los colores para pintar mis proyectos
en el brocal herido de un pozo somnoliento.
Quién sacará temprano para su propio deleite
un cubo con agua arrancado de la tierra?
Silba como reptando entre añosas casuarinas
un viento esquivo que busca donde morir.
Quiero copiar ahora el canto reiterado
del río inmaculado que se escurre cuesta abajo!
Tal vez pueda quedarme cuatro días en la colmena
para nutrirme de la miel que alimenta mi poesía.
Hierba vigorosa nacida en la pradera,
manjar suficiente al paladar del ganado.
Aprendí a disfrutar del colibrí su vuelo inquieto
y soportar sin aviso de una avispa su aguijón.
Crecí cuando pude reírme del sol sobre mi cráneo
y cuando supe callar me reconocí más hombre.
Garabatos de tinta en silente caravana
proyectan sobre el papel un cosmos de vivencias
mientras un alma sensible orienta sus antenas
a la fuente inagotable de plena sabiduría.
Alberto Cirkov