Juntos

Entonces supe que me querías,cuando besaste lágrimas mías,cuando tus brazos fueron refugio,para mi alma y mi piel dolidas.
Cuando fue tuya la pena mía
y cada luna fue compartida.
Cada mañana y cada día
y huyó la muerte despavorida.
La dueña, aquella, ya no sería,
de los engaños, ni las calumnias,
de los chantajes, ni tus angustias;
junto a tu vida; la vida mía.
Y así, el tormento, que ya se iba
con los pesares; vio nuestra dicha
por el sendero, enamorados,
juntas las manos, juntos, la vida.
Ercilia Morales Verdaguer