La luna

La luna, redonda, fija,
con su ojo me miraba.
Que no rija mis pasos,
con mis ruegos imploraba.
Sus haces, plateados rayos,
cómo abrazos se prenden.
Son sus abrazos-heridas
que con mi carne se tejen.
Busco el azul del río,
la muerte me alcanza ya,
solo sus ondas de frío
si me envuelven salvarán
la vida, que se me escapa
por no poderte encontrar.
Alicia Susana Baigorria