NARCISISMO

No quiero presumir que cuando muera, un viejo amigo propondrá ante el consejo de vecinos dar mi nombre a la más humilde escuela.
No quiero imaginar el destino de mis nardos de mis herramientas y mis libros más preciados, estoy seguro de que estarán a buen resguardo en las manos que hereden mi gato negro y pardo.
En un brote colosal de narcisismo me atrevo a adivinar que algún osado será capaz de recordar que fui expulsado por el párroco local del catecismo.
Lúdico