Un paso a la vez

Un paso a la vez’ y los hechos fortuitos.
No sé por qué me sigo sorprendiendo de cosas de las que conozco sus magias pero en el instante previo a que sucedan no las veo, es que debe ser por eso. Claro. Me gusta sorprenderme igual.
Y volver caminando así toda pensativa diciendome a mi misma “uh mirá lo que paso!”
Es ese momento cuando tenes que hacer o buscas hacer cierta situación, común, normal, mundana,
ir a comprar algo por ejemplo,
hasta incluso la duda se apodera,
como siempre la duda.
Que es la misma que se desvanece en ese momento final que digo que terminas sorprendiéndote.
O al menos yo.
Bueno, y vas, a hacer ese pendiente.
Esa acción de la cual dudabas.
Y chin, pasa algo distinto. Esa magia que digo que aparece.
Y lo que es mundano y común y hasta poco expectante, algo a lo que simplemente fuiste termina convirtiéndose en un suceso pequeñamente trascendente. Mágico.
Que cambia algo. Mucho o poco. No importa.
Pero es parte de ese entramado de puentes que se van cruzando y que deben hacerse un paso a la vez.
Porque sí. Porque no podía ser de otra manera, y ahí te das cuenta de ese hecho causal que mirá si no se daba porque en realidad al principio la duda quería arrebatar todas las conexiones.
No me lo podía perder. No se puede perder. Está ahí para hacer servicio.
Al final sucede algo que importa, algo bonito, en un fragmento de tiempo que causalmente elegimos buscar.
Me enteré de cosas preciosas.
Algo nuevo se creó. Y todo es parte de lo que se tiene que ir pisando.
Cada cosa cotidiana por minúscula que parezca no sabemos a los lugares a los que puede llevarnos .
Yo tan solo había decidido ir.
Es un paso que lo cambia.
Mi mente chilla. Quiero ordenar lo que quiero y seguir sorprendiendome de las cosas que me hablan.
Agus Mendoza. @agustinaenpapel