El Rio

El río conoce la verdad del sauce que se inclina a consultarle
guarda el motivo del llanto que, en su turbidez, derrama.
Sacia la sed del ceibo, del pescador, del amante
fluye manso y silencioso, en placidez que contagia.
El rio caudal que fluye, que provee, y nos abraza
mientras la mente diluye
En su cauce, penas diarias.
El río canal de luz
aunque no trasluzca su agua
calma nuestra tempestad reduciendo nuestras ansias.
Providente, confidente…
Solo un buen trato reclama.
R.F