Ella lo mató
Ella lo mató. Hizo de su vida un suplicio, un calvario les digo. Hasta el último día lo presionó bajo el zapato, lo chamuscó en un cenicero de penas, se bebió su energía y su salud a tragos largos.
Recuerdo cuando recién se conocieron. La trajo a mi casa para un cumpleaños. Al principio me pareció amable, y hasta algo sonsa. Callada la mayor parte del tiempo, maquillaje oscuro sobre la piel pálida, campera de jean de otro siglo y lentejuelas en la cartera. Nunca me hubiera imaginado lo que nos iba a terminar haciendo.
Su amor lascivo y labios danzantes eran veneno para nosotros. Alguien se tenía que sacrificar. Quise salvarlo de sus garras depravadas. Si ella era mía, no lo podía lastimar. Yo apreté el gatillo, no lo voy a negar. Pero ella lo mató.
Zar de lo cuentos
