Dios no vive ahí
Nueve de la mañana del domingo
llaman las campanas de la iglesia
y un fino resabio adolescente,
hace eco en mí.
Dios no vive ahí.
Dios vive en mi alma y no negocia
no vive de apariencias, no es hipócrita.
Dios, no hace diferencias
aunque muchos no entendamos su latín.
No pretende tener ni dar horarios
ni lugar, vulgar o estrafalario,
donde oír.
El no cierra a la noche por descanso,
no se saca la sotana y viaja en auto
ni tampoco transporta maletín.
Dios no atiende una hora y se despide
ni da turno para lo que necesites.
El está en cada casa, en cada cosa,
dispuesto a dar sin recibir.
Rita Frank


