Todavía tenemos mucho barro, pero a diferencia de antes ya no nos inundamos apenas llueve
Por Ariel Sujarchuk. Intendente de Escobar
Gobernar es tomar día a día decisiones difíciles que implican responsabilidades y hacer cosas que no todos ven, pero que a la larga reportan los resultados esperados. Encontramos un distrito con 9.000 calles de tierra y otras mil con un asfalto completamente deteriorado y lleno de baches.
Todos saben que económicamente teníamos un Municipio que no brindaba respuestas porque lo que recauda apenas alcanza para afrontar gastos burocráticos y servicios públicos. La situación es más compleja de la que conocíamos antes de ingresar.
Pero no nos entregamos y por eso elegimos hacer silenciosamente tareas que hace años no se hacían debidamente. Elegimos la sinceridad a la demagogia. Elegimos descartar las respuestas efectistas y optamos por planificar a corto, mediano y largo plazo. Entonces empezamos por la limpieza de arroyos y zanjas y mejoramos la recolección de residuos. Es decir, limpiamos la mugre. Y vamos a seguir.
Así, duplicamos la frecuencia de recolección de residuos y quintuplicamos la cantidad de cuadras en las que se retira la basura. De nuestros arroyos sacamos 55 autos abandonados (sí, leyeron bien: 55 autos), que resultaban verdaderos tapones que provocaban los desbordes inmediatos de los cursos de agua apenas caían las primeras gotas de lluvia. De los arroyos también retiramos 45 toneladas de basura, desde electrodomésticos viejos a bolsas que se tiran en lugares que no corresponden. De nuestras calles sacamos más de 16 toneladas de ramas y restos de poda de las que nadie se hacía cargo. Las enormes cantidades de residuos reflejan el atraso de higiene urbana que arrastraba el municipio. Hoy, gracias a Dios y al trabajo en conjunto, podemos decir que las lluvias nos llenan de barro, pero que ya no nos tapa el agua tan fácilmente como hasta los últimos meses.
Todos sabemos en qué estado se encuentran nuestras calles, pero estas tormentas nos demostraron que la prioridad de la gestión pasaba por limpiar. Y lo seguiremos haciendo, porque falta mucho todavía por hacer. Mientras atendemos lo urgente, trabajamos con la Provincia para que en nuestro municipio se ejecuten las obras de infraestructura que nos hagan olvidar para siempre de las inundaciones. En estos primeros días de gestión también nos pusimos firmes para que en Escobar no se construya en perjuicio de otros y para que las inversiones de los privados beneficien a la gente y no a los dirigentes.
Es tiempo de dar luz
Ya estamos poniendo columnas de alumbrado nuevas y cambiando las luminarias que no funcionaban. Cuando asumimos, tres de cada cuatro luminarias estaban fuera de servicio. Con este plan, pretendemos llegar, en apenas un año, a aumentar en 50% las columnas de luz de todo el municipio.
En Escobar se creció sin planificación y se construyó sin invertir en infraestructura. Esto no se repetirá, pero arreglarlo llevará su tiempo, un tiempo que –lo reconocemos- agotó la paciencia de los vecinos. En el marco de nuestras posibilidades, iremos disminuyendo esta deuda social que el Municipio lleva años y años sin saldar.
Plan de bacheo
Este mes comenzamos el plan de bacheo, asfalto y consolidación de calles con los recursos que disponemos y a través de licitaciones públicas debidamente auditadas. Así iremos mejorando las vías de acceso a todas las localidades, pero con una planificación seria. Por eso trabajamos con la Facultad de Arquitectura de la UBA en el diseño de un plan integral urbanístico que nos garantice un futuro con crecimiento serio, responsable y sustentable.
Participá con voz, voto y presupuesto
Afrontamos un largo camino que debemos recorrer con perseverancia y coherencia, especialmente todos juntos. Por eso los invitamos a seguir participando de las Unidades de Gestión Comunitaria (UGC), a ser parte de las mesas de gestión y a dedicarles unas horas por mes de su tiempo para mejorar nuestros barrios, un aporte fundamental para consolidar un proyecto participativo y solidario.
Cada vecino tiene voz y voto, pero ahora también tiene para decidir en qué invertirlo. Cada UGC tiene su presupuesto participativo: es la plata de todos, con la que todos podemos encarar obras y arreglos. Para eso, entre todos debemos confeccionar un verdadero censo de urgencias de cada barrio o localidad, porque en Escobar, como lo que ocurre en nuestros hogares, son más las necesidades que las posibilidades. Como comunidad, al igual que lo hacemos en nuestra vida cotidiana, debemos establecer prioridades.
Escobar es la gran casa de todos que afronta la oportunidad histórica de caminar al futuro con un proyecto de generosidad, mancomunión y de participación. Sumemos debates, respeto, ideas. Sumemos inteligencia. Y siempre que sepamos tirar para el mismo lado, ¡Escobar Florece!