De los globos de la alegría, a los gases lacrimógenos y la represión
100 mil millones de la caja de los jubilados, para bancar, entre otros, la campaña de María Eugenia Vidal. Atrás quedan las promesas de campaña y eso de que los jubilados “Tenían que estar mejor”.
Presión a los gobernadores, aprietes a los diputados, Congreso vallado, una ley muy popular, a Macri que tanto le gustan las encuestas, la que dice que una enorme mayoría de más del 80% no está de acuerdo con el despojo, no le va a hacer caso, claro faltan 2 años para las próximas elecciones.
Desde San Fernando, uno de los jóvenes heridos, Sebastián, que fue con su novia Julia, puede perder uno de sus ojos por un disparo de balas de goma. Gases lacrimógenos que tiraban a mansalva, este cronista que concurrió con su hija, fue testigo de cómo tiraban al cielo los escopetazos y los gases caían a 200 metros, gente desesperada sin aire, sin poder respirar y prácticamente emboscada, que se cae y se genera una avalancha, cae mi hija, muchos más siguen cayendo, caigo y la desesperación de no saber si te volvés a levantar o no.
La televisión, aliada económica e ideológicamente al gobierno, te muestra a 20, 50, 100 personas, que resisten los balazos y gases a pedradas, y se pierden de mostrar a los cientos de miles, que exigen con consignas, presencia y militancia, que los diputados cumplan con su compromiso, y dejen de defraudar al Pueblo.
A los diputados, especialmente a los que se dicen peronistas, se les reclama, porque aunque no los defiendan sus votantes , desde CAMBIEMOS, no hacen otra cosa que llevar a la práctica su política que es ser fuerte con el débil y débil con el fuerte.