“Árboles Heridos”.
Hay olor a muerte en el sendero.
Los árboles caídos,
Con dolor, con soledad y frío,
Funden sus ramajes heridos.
¿Quién escuchó sus gritos? En silencio
Sus gemidos, sus llantos nos alcanzan.
La rosa de la herida muestra
El borbotón de la vida que se escapa.
La vida, ajena, en derredor palpita
Con trinos, con melodías, con suspiros.
La muerte de los árboles… es mía.
Yo también muero por la abierta herida
Cada vez que te encuentro en mi camino
Acompañando una mujer distinta.
Susana Baigorria.