De la timba al casino: Reflexiones sobre el impacto de las criptomonedas en la economía argentina

Opinión:
CP Alejandro de Guevara / UBA – Capacitador OIT-
¿Qué es lo que realmente está generando tanto revuelo? Quizás el olor a sangre, o tal vez es la remoción bajo el agua del puente lo que pone todo en juego. He dejado pasar horas, días, intentando comprender y explicar lo sucedido en esta quincena de febrero de 2025. Muchos periodistas se afanan en suavizar el impacto institucional de este suceso que sacudió a una Argentina que busca despegar a través de la microfinanza. No sorprenden las chicanas y acusaciones que emergen desde todos los frentes: opositores, aliados circunstanciales y demás.
Permítanme barajar una hipótesis que parece estar en la agenda: aquellos que decidieron poner su valor monetario en esta memecoin Libra sabían perfectamente que estaban participando en una suerte de “timba”. Es un paralelo claro con el casino: si uno pierde, no puede culpar al dueño o al croupier. La lógica es simple, pero hay una complicación fundamental: en el juego de apuestas, los actores privados no siempre tienen acceso a las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas. ¿Estamos realmente dejando que el azar y el destino decidan?
El problema en este caso es que, cuando el primer mandatario de Argentina se involucra en temas económicos y financieros, debe medir cada palabra con extremo cuidado. Se filtró información privilegiada sobre la hora y el momento exacto de una declaración deliberada, lo cual tiene implicancias económicas. Esto provocó dos cosas graves: por un lado, algunos cercanos aprovecharon la confianza depositada; por otro, se reveló una opinión con gran peso económico sin evaluar adecuadamente las consecuencias de tal acción.
Este gobierno nacional propone un tema fundamental: la “ficha limpia”. Un ejemplo claro de cómo empezar este proceso sería limpiar desde el corazón de la manzana podrida para ver cuánta fruta aún puede ser rescatada, y con ello generar nuevas germinaciones productivas. Hace aproximadamente 10 años, un exvicepresidente fue juzgado por negociaciones incompatibles con el ejercicio de su cargo y por filtrar información privilegiada, lo que llevó a la adquisición de una imprenta. La justicia debe ser igual para todos.
Volviendo al tema de las criptomonedas, todos los que intentan obtener ganancias de una fuente financiera de alto riesgo saben —o deberían saber— el riesgo que conlleva. No podemos escudarnos en el desconocimiento de los instrumentos financieros. Para ello existen los asesores de inversiones, analistas de riesgos y corredores bursátiles. En mi opinión, invertir una cantidad significativa de dinero en un activo digital, que podría dejarme financieramente quebrado, es lo último que haría. En los últimos tres años, hemos sido testigos de al menos tres situaciones complicadas a nivel global relacionadas con este tipo de inversiones.
Debemos entender que el mercado cripto, en su concepción más pura, se basa en la creación de un código único cuyo valor económico y transaccional se establece por la oferta y la demanda. Sin embargo, es uno de los mercados más volátiles y con escaso respaldo real. Comparado con los mercados tradicionales, y viendo el comportamiento de las criptomonedas, es claro que en este caso hubo una maniobra de unos pocos, quienes, aún sabiendo el tipo de mercado en el que se metían, faltaron el respeto a la institución presidencial de un país.
Este episodio no solo resalta los peligros de las inversiones en mercados tan impredecibles, sino que también subraya la necesidad urgente de un marco regulatorio sólido para proteger a los inversores y a la estabilidad institucional.
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