Canto de la Tarde

Canto de la Tarde

Cosmo tarde, tarde de oro en que se dan cita los misterios, tarde de la eterna desazón arrancá los puñales que desangran mi pecho, acaricia mi herida con la suavidad de la brisa, rompé el hechizo de mi suerte, marchitá la desidia que siembra el tedio;

llevame a descansar a una plaza en el cielo, a una plaza de flores y juegos en el barrio del olvido, vayamos a islas bañadas de sol perdidas entre las nubes, viajemos juntos sin dejar rastro hasta las puertas del otro mundo y descubramos el secreto.

Martin Battini

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