Éramos y no éramos

Dos eternos enamorados
de la vida.
No había estrella fugaz en el cielo
que no cumpliera nuestros deseos.
Avanza, no te detengas,
susurraba el viento.
Dos corazones,
un sentimiento que solo crecía.
Mi corazón, aún late por ti.
Mi alma le cuesta decir tu nombre.
Eres lo que nadie ha sido,
por eso aún estás aquí, conmigo.
El mundo era testigo,
de lo que éramos y no éramos,
Ninguno de los dos supo lo que éramos y no éramos.
Maria Sanchez