“Argentina, ajedrez con reglas de ruleta”

“Argentina, ajedrez con reglas de ruleta”

*Por Yesica Acosta

En la Argentina el tiempo no avanza en línea recta: gira como un peón en un tablero de ajedrez, que parece inútil hasta que un movimiento inesperado lo convierte en reina.

El país late al ritmo del azar: un sorteo de dólar, un golpe de inflación, una carta marcada que siempre aparece en el momento justo. Los jugadores cambian, los discursos se repiten, y las piezas —políticos, banqueros, sindicatos, pueblos— se mueven en una coreografía donde nadie sabe si el rey está en jaque o si la partida apenas empieza.

La verdad aparece y desaparece como esas fichas brillantes en la ruleta: todos la buscan, pocos la reconocen, y la mayoría prefiere apostar con fe antes que contar con números.

Las finanzas son hechizos escritos en balances incompletos, capaces de inflar burbujas con promesas y desinflar bolsillos con la misma naturalidad con que el viento barre la vereda. La política es un teatro de sombras: cambia el telón, cambian los actores, pero la trama parece calcada.

La sociología observa, describe y archiva: ve cómo se reparten las cartas entre villas y countrys, cómo se mezclan esperanzas con rabia, cómo la calle inventa soluciones que las oficinas no previeron.

Y en medio de todo eso, el corazón. El corazón que se obstina en seguir latiendo: en un abrazo en la tribuna, en una ronda de mate que reemplaza al contrato, en la convicción de que el próximo movimiento —aunque sea azaroso, aunque parezca absurdo— puede ser el que cambie la partida.

Argentina no es novela ni manual: es un libro vivo, escrito por millones de manos, donde cada página combina estrategia y milagro, cálculo y coraje. Un país que juega al ajedrez con las reglas del azar, y que nunca deja de apostar con el corazón.

*Yesica Acosta – Analista de Finanzas Gwinn Financial Services

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