Jorge Rachid : “Nuestro paradigma sanitario es la preservación y el fortalecimiento de la salud, que es un derecho humano esencial, contra la cronificación de las enfermedades que plantea la industria farmacéutica”

Jorge Rachid : “Nuestro paradigma sanitario es la preservación y el fortalecimiento de la salud, que es un derecho humano esencial, contra la cronificación de las enfermedades que plantea la industria farmacéutica”

El Dr. Jorge Rachid, médico especialista en salud pública, integrante del Instituto Patria, médico;  pero sobre todas las cosas,  militante del campo nacional y popular, fue entrevistado por su colega el Dr. Omar Maresca, sobre la producción y venta de medicamentos.

 “En la Argentina el medicamento no es un bien social, es un bien de mercado , consolidado en ese andarivel, controlado su precio por la secretaría de comercio y  fortalecido por la presencia hegemónica de la Industria farmacéutica,  que nació al calor de la inversión estatal de Ramón Carrillo, lo que demuestra que todo proceso de soberanía sanitaría se inscribe en un proceso de inversión del estado, y a partir de allí se puede desarrollar la inversión privada,   y no al revés como plantea el proceso neoliberal autoritario que nos gobierna” afirmó Jorge Rachid sobre la comercialización de medicamentos.

Con respecto  a la producción de los mismos señaló: “La industria nuclea a 100 mil trabajadores altamente capacitados, tiene una excelencia envidiable para otros países latinoamericanos. El principal conflicto para que se promueva la inversión pública de medicamentos,  como bien social,  está dado en la forma de comercialización  que copia los modelos de las multinacionales de medicamentos,  hoy ligados íntimamente a los fondos  de inversión buitre que son las patentes”.

En ese sentido expresó que: “Los laboratorios obtienen un 800/900 %  de ganancia, lo que es absolutamente contrario a cualquier racionalidad.  Lo que hace que sea un bien de mercado,  y no un bien social en Argentina y Latinoamérica.

En el mismo sentido, dijo que: “En Argentina no hay soberanía sanitaria. La producción pública de medicamentos, se demostró en el año 2007,  que se podía hacer desde la política. No era desde el estado, se unieron los laboratorios y con los colegas que trabajamos en esto,  sacamos la ley de producción pública de medicamentos. La idea central era la imponer el criterio que la producción pública de medicamentos,  sea la empresa testigo de precios de toda las licitaciones  nacionales, porque tenemos la estructura de costos de producción” y afirmó que: “Solamente el marketing en contra de la industria farmacéutica, deslegitima la producción pública de medicamentos”.

En cuanto a  las enfermedades, expresó: “Hay 6 millones de personas,  enfermos de enfermedades no transmisibles. Si, a esa personas, le entregamos los remedios gratis, tenemos 2 ventajas sanitarias: podemos controlar la adhesión al medicamento y vamos a saber cómo está el paciente. Si la adhesión es correcta,  evitamos las complicaciones de esas enfermedades que son dramáticas, porque impactan en el 2do. nivel de internación,  lo cual implica gastos ¿Cuánto lleva una diálisis en un renal, o un accidente cerebro – vascular o un Stent en un cardiópata, una amputación  o una ceguera? ¿Cuánto impacta todo esto,  en la seguridad social?,  donde solamente el estado puede demostrar que puede administrar gratis un medicamento,  que en términos comparativos, no sale nada. Esto, es la lucha política entre la producción pública de medicamentos, frente  a la industria farmacéutica y los trabajos de investigación de dudosa veracidad,  han cambiado el paradigma con las políticas neoliberales,  que llevaron a la cronificación de las enfermedades”.

Con una mirada histórica y sanitarista, el Dr. Rachid, abogó por el carrillismo médico: “Como decía el Dr. Ramón Carrillo, para nosotros la prevención es el  mejor Plan de salud. Es agua corriente y cloacas , es aquel que la bacteria y los virus son pobres causas de las enfermedades;  al lado de la miseria, la pobreza y la exclusión social”, finalizando puntalizó:“ Si el desarrollo no está  orientado al bienestar  del pueblo,  no sirve para nada”.

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