Luces.
Se escurre un puñado de cielo
inexorable
cobijado entre mis capas de piel
desapercibido entre la muchedumbre
eterno para mí
cómo le explico a un alguien que me siento en casa pisando baldosas,
adoquines, sin techo
cómo le podría contar que los recuerdos me nombran
me retumban me abrazan
que hasta en imágenes me llama
que mis labios no lo dicen
pero mi alma lo pide a gritos
sentirme que soy extranjera
pero que hay lugares donde quizás,
la sensación de gloria y refugio
se apoderan de mi
donde soy tan simple, como cotidiana,
vuelvo a donde nunca me fuí.
Agus Mendoza