Como esa ave

Casi desvanecida
quedó allí llorando
en su sepulcro
con sus alas dañadas
y su alma quebrada.
La resistencia fue agotada era de saber
que pedir por ley
lleva su tiempo.
Ser libres es la desidia,
un daño que no justifica,
la maldad que se atreve
día a día,
y dar la espalda
a quienes padecen.
Sufrir no tiene por qué
el derecho que muere
en manos de quien somete,
jamás tendrá perdón.
Ser esclavo de una pasión es una elección,
quien proponga rebelión
sabrá al olvido.
Seré como esa ave
apasionada pidiendo un nido o libertad al traidor
que está perdido,
hundido bajo la lápida
de su equivocada convicción.
Patricia Patt