El desafío Peronista tras las Legislativas 2025
Por el Lic. Alberto Esteban — Militante y ex funcionario del Movimiento Peronista
(Estas notas fueron escritas antes del mensaje de Cristina del 31/10/25, al cual adhiero en su totalidad. El análisis y las propuestas aquí expresadas se enmarcan en ese documento.)
Mirar, comprender, actuar
Como ocurre después de cada elección, en el peronismo surgen interpretaciones de todo tipo: críticas, lamentos, exigencias, y también los infaltables “diagnósticos televisivos”. Pero más allá del ruido, lo importante es asumir el resultado con reflexión, militancia y compromiso.
Propongo un ejercicio simple pero profundo: ver, comprender y analizar, para luego decidir y actuar.
Lo que dijeron las urnas
A nivel nacional, con 36 millones de empadronados y 24 millones de votantes (68%), quedó claro un dato inquietante: un 32% de abstención refleja una creciente insatisfacción democrática.
- La Libertad Avanza obtuvo 9.341.000 votos (40,7%)
- El Peronismo, 8.027.000 votos (34,9%)
La derecha concentró su histórico caudal antiperonista, mientras el peronismo mantuvo su núcleo duro en un contexto social adverso.
En la Provincia de Buenos Aires, el escenario fue ajustado:
- LLA: 41,5%
- Peronismo: 40,9%
El dato preocupante: el peronismo perdió 261.000 votos respecto a septiembre, mientras LLA creció en más de 800.000. En el Conurbano, sin embargo, el movimiento popular sigue siendo mayoría: 44,1% frente al 37,8% libertario.
Objetivos y mensajes de campaña
El objetivo nacional fue claro: mantener la representación legislativa y afirmar el perfil doctrinario del bloque peronista, comprendiendo que hasta 2027 la disputa política será principalmente parlamentaria.
El mensaje fue simple: “Frenar a Milei, decirle NO a Milei.” No se trataba de proponer un nuevo programa de gobierno, sino de poner un límite político al proyecto de entrega y ajuste.
Milei, por su parte, jugó con el miedo: prometió “no perder lo poco que se tiene” y asoció el caos con el peronismo. Así reinstaló con fuerza el odio antiperonista, esa fibra sensible que tanto daño le hace a la convivencia nacional.
En términos objetivos, el peronismo logró parcialmente su meta: no detuvo a Milei en votos, pero sí consolidó su presencia legislativa, transformándose en la única oposición real al proyecto libertario.
Los actores del proceso
- El 35% del pueblo que sigue creyendo en el peronismo —con sus luces y sombras— merece nuestro reconocimiento. Por ellos, hoy me siento más peronista que nunca.
- El 40% antiperonista, consolidado desde 2003, reafirmó su identidad conservadora.
- El 30% que no votó expresa una insatisfacción profunda con la democracia representativa.
- El Gobierno de Estados Unidos, con su intervención abierta y extorsiva, condicionó el voto argentino. Las declaraciones de Trump lo confirman: “Milei fue un gran vencedor… con mucha ayuda de nosotros”.
- Cristina Fernández de Kirchner, presidenta del PJ y proscripta por peronista, sigue siendo la dirigente más convocante del país. Su participación fue limitada por razones judiciales y políticas, pero su figura continúa siendo el eje vertebrador del movimiento.
- Kicillof y los gobernadores cumplieron sus compromisos, pero sin ampliar la base electoral. En Buenos Aires, no hubo estrategia eficaz para retener ni sumar nuevos votos. Mantener el caudal histórico después de seis años de gestión no es una muestra de expansión política.
Síntesis y conclusiones
- El voto antiperonista se concentró en LLA, confirmando su piso histórico del 40%.
- Los “provincialismos” se diluyen cuando la disputa es nacional.
- La injerencia norteamericana fue decisiva.
- El peronismo resistió con dignidad, manteniendo su caudal y su representación.
- Persisten fallas en la convocatoria a sectores sociales no antiperonistas pero desencantados.
- El movimiento debe recordar que lo mejor del peronismo muchas veces está fuera del movimiento, y allí hay que salir a buscarlo.
- Las “orgas” y estructuras sociales deben acompañar, no condicionar la estrategia global.
Hacia una nueva etapa
No es tiempo de discutir candidaturas, sino de reconstruir la conexión con el pueblo.
Se necesitan dirigentes con cabeza, corazón y coraje, capaces de escuchar y dialogar.
Hay que volver al territorio, recuperar la sensibilidad social y la conversación con los vecinos, los trabajadores, los jóvenes, las mujeres y los sectores productivos. La política no se reconstruye en los sets de TV ni en los pasillos partidarios, sino en la calle y en la escucha real.
Los jóvenes peronistas deben asumir un rol protagonista, no desde la rosca sino desde la militancia creativa y no sectaria.
Epílogo: historia y destino
Los argentinos nos dieron un crédito y también un límite.
El crédito: ser la única oposición al proyecto de injusticia social y entrega nacional.
El límite: la pérdida de confianza si dejamos de representar y escuchar.
Mi generación nació con Perón proscripto. Hoy, con Cristina proscripta y presa, la historia parece repetirse.
Por eso, con la fuerza de siempre:
¡Cristina libre! ¡Y el peronismo de pie!
Lic. Ramón Alberto Esteban — Octubre 2025

Texto editado para su pblicación. Texto sin edición en el perfil de: https://www.facebook.com/ramonalberto.esteban


