Gracias Dios por este viaje al cielo

Por arrastrar la basura,
por lavar con tu agua el barro acumulado.
Gracias por tus manos impolutas con las que me levantaste para acunarme,
por tu beso en la frente y la guía amorosa que antecedió al camino. Por tu arrullo antes del sueño y la caricia que me bendijo.
Eternamente gracias por sentarme un ratito a tu lado y devolverme limpia, sana, reconociendo el nuevo rumbo.
Gracias por la luz y la catarsis desmedida que provocó el renacer.
Rita Frank
Poeta Maschwitchense